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De la carda y el peinado

 

Entre las operaciones que se realizan con el algodón para su transformación en hilo se halla el cardaje. El objetivo de este trabajo es abrir las acumulaciones de fibras que puedan todavía existir después de pasar por abridoras y batanes, separando definitivamente la materia extraña que haya quedado retenida, de forma que el algodón esté libre de polvo, hojas, semillas o cualquier otra impureza. Otro objetivo es paralelizar la fibra para las siguientes operaciones: bien para su estiraje o bien el peinado después de su estiraje.

¿Qué es peinado?  Es un cardaje más perfecto y que se requiere en producciones de hilado de mayor calidad a las que se exige más limpieza, finura, uniformidad y resistencia. Con la introducción del telar automático se produjo un incremento de la demanda de hilo peinado pues  requería un hilado de mejor calidad. La máquina que realizaba esta operación se llamaba peinadora.  La fibra que llegaba hasta este equipo requería una cierta preparación para que estuviera dispuesta con el máximo parelelismo posible y en forma de tela o napa lo más uniformemente posible con el fin de no perjudicar los peines, ni romper las fibras y con ello conseguir a su vez un hilo más resistente y uniforme.

En este proceso la procedencia del algodón se tenía mucho en cuenta. El algodón de Egipto tenía la ventada de ser más resistente, pero contenía muchas impurezas y era de fibra corta. Por el contrario el algodón americano tenía las fibras más largas. El algodón de Egipto era el escogido para hilos superiores, y especialmente utilizado para el peinado hasta finales del siglo XIX. Sin embargo, desde principios del siglo XX se peinó también el americano con el objeto de obtener la mayor resistencia que ofrecían sus fibras alargadas.

Fig. 1. Peinadora, 1906

Fig. 1. Peinadora 1906.

Fig. 2. Peinadora modelo Heilmann con seis u ocho salidas, con las napas dispuestas para ser peinadas en la parte superior.

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